Alivia la ansiedad por separación en niños de primer ingreso
La ansiedad por separación en los niños es una parte normal del desarrollo. Si bien no afecta a todos los niños, puede ser bastante común y, si trabajas en educación infantil temprana, puedes encontrar diversos grados de ansiedad por separación en niños desde bebés hasta la edad preescolar.
“Los trastornos mentales en niños han ido en aumento, tanto en su incidencia como en la prevalencia. Desgraciadamente, esto se aceleró a raíz del confinamiento”, así lo afirma Diana Patricia Guízar Sánchez, profesora e investigadora de la Facultad de Medicina (FM), en entrevista para la Gaceta UNAM.
De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, en el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro “mensualmente entre 600 y 700 niñas, niños y adolescentes acuden a consulta psiquiátrica por primera vez principalmente por depresión y ansiedad”.
La ansiedad por separación es uno de los varios trastornos que se observa en muchos niños y es más común entre las edades de seis meses y tres años. Los bebés pequeños y los niños pueden volverse ansiosos cuando sus padres o cuidadores los pierden de vista; todavía están aprendiendo que estas separaciones son solo temporales.
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De acuerdo con la Unicef, estas son algunas señales que un niño puede presentar de ansiedad por separación?
- Lloran inconsolablemente cuando se quedan en la guardería.
- Se niegan a irse a dormir sin que el padre o cuidador esté cerca
- Empiezan a llorar por la noche después de haberse dormido
- Regresión infantil.
Existen estrategias prácticas para lidiar con la ansiedad por separación en los niños, sobre todo en aquellos casos de los pequeños de primer ingreso. Sigue esas recomendaciones y ayúdalos a comenzar el día de una mejor manera.
Habla con los padres
Lo primero que debe hacerse si te preocupa la ansiedad por la separación de un niño es hablarlo con los padres. Comunícate con ellos para compartir ideas que los ayudarán a elaborar juntos un plan positivo. Trabajar con los padres de los niños es una excelente manera de garantizar que su método sea coherente y que el niño se sienta apoyado por sus seres queridos.
Practicar las despedidas
Las despedidas son un verdadero desencadenante de la ansiedad por separación, y ensayar las despedidas puede ser una forma inteligente de ayudar a los niños a practicar para la despedida real. Alentar a los padres a que prueben esto en casa antes de llegar puede ayudar a los niños a dominar bien la rutina y minimizar la ansiedad.
Recuerda, es importante que los padres digan siempre adiós. A algunos padres les resulta angustioso ver a su hijo molesto y pueden intentar escabullirse mientras el niño está distraído. Esta no es una solución a largo plazo: una vez que el niño se da cuenta de que sus padres han desaparecido, puede enojarse aún más.
Decir algo como "adiós, más tarde nos vemos" es una muy buena manera para que los padres aseguren a sus hijos que volverán más tarde y, mientras tanto, el niño puede relajarse.
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No lo alargues
Si bien recomendamos que los padres se despidan, tampoco deberían prolongarlo. Un abrazo más a menudo termina en diez abrazos más y puede prolongar el proceso de despedida en lugar de permitir que los niños sigan adelante con su día.
Crear una rutina
La rutina fomenta sentimientos de preparación y seguridad. Anima a las familias a comenzar el día con un proceso familiar. Por tu parte, también puedes ser constante: un gran truco es mostrarle al niño su actividad favorita cada vez que llega, o recibirlos con una gran algarabía que los haga sentir bien recibidos.
Ten paciencia y verás resultados. Si bien puede parecer que se resuelve, no te sorprendas si reaparece en momentos de estrés, enfermedad o cambio.
Si las estrategias no tienen éxito después de un período, puedes intentar sugerir que los padres consideren la posibilidad de contratar a un profesional de la psicología para que los oriente.
Así como los niños pueden ponerse ansiosos, ¡los padres también pueden hacerlo! Es posible que los padres sientan ansiedad al dejar a sus hijos y, como profesional del cuidado infantil, puede estar atento a las señales y ayudar a los padres a sentirse más tranquilos.
La música en el desarrollo de los niños
Interactuar con la música y el baile en la educación de la primera infancia, que va de los cero a 6 los años, debe ser parte de la vida cotidiana de un niño.
La investigación sobre música para niños durante la última década revela los efectos positivos en el desarrollo. El compás, el ritmo y el tempo estimulan sus mentes, fomentando el reconocimiento de patrones y la discriminación auditiva.
De acuerdo con el centro de desarrollo infantil Petit Early Learning Journey, estos son algunos de los beneficios de la música para niños menores de cinco años contribuyen con:
· Su crecimiento cognitivo: cómo piensan, exploran y resuelven las cosas.
· El desarrollo de habilidades para resolver problemas, como la lógica, el razonamiento y la secuenciación.
· Autoexpresión: cómo comunican sentimientos, ideas y pensamientos a través de la música, el movimiento o tocando un instrumento.
· El desarrollo de habilidades físicas como la coordinación, la conciencia espacial y el equilibrio.
· Habilidades sociales como la cooperación, tomar turnos y compartir la experiencia musical de aprender a bailar y tocar instrumentos con otros.
· La regulación de sus emociones aprendiendo a calmarse, relajarse y controlar sus sentimientos.
· Ampliar su lenguaje. Cuando cantan canciones juntos, incluso canciones infantiles sencillas, la experiencia musical con movimiento estimula todas las áreas del desarrollo del cerebro.
· Hace crecer su imaginación. En lo profundo de la mente de su niño pequeño, la música puede llevarlo a lugares en los que nunca antes había estado. Tocar instrumentos musicales les da a los niños pequeños la oportunidad de hacer música, una experiencia poderosa para los niños pequeños.
· Mejorar las habilidades motoras con el movimiento. Los niños pequeños disfrutarán gateando en el piso, marchando en el mismo lugar o subiendo y bajando escaleras con música y experiencias de movimiento.
Actividades de música para bebés
El experto en música, el doctor Ibrahim Baltagi, en una mini clase que impartió a padres a través de Unicef.org, afirmó que un niño por nacer comienza a escuchar música entre las 16 y las 18 semanas. Después del nacimiento, la música puede estimular todas las áreas del desarrollo del cerebro. Los bebés pueden reconocer sonidos familiares y desarrollar su creatividad e imaginación. Promover el movimiento musical desde bebés es posible, basta cargarlos y moverse al ritmo de la música.
Actividades de música para niños pequeños
Los niños se benefician de las actividades de música y baile porque están llenos de energía. La música proporciona una forma didáctica para que gasten sus energías.
Los programas de aprendizaje para niños pequeños deben incluir experiencias como:
· La mayoría de los niños pequeños disfrutan cantando canciones y rimas conocidas.
· A medida que se desarrollan, puedes alentarlos a tocar un instrumento como tambores, panderetas o agitar maracas, instrumentos fáciles de agarrar y sacudir que además les ayuda a desarrollar sus habilidades motoras finas.
· También puedes fomentar la apreciación musical reproduciendo música durante los cambios de pañales, a la hora de dormir o iniciarlos en la meditación.
· A los niños les encanta moverse, y agregar música a la clase brinda la oportunidad perfecta para tener experiencias diseñadas para ayudarlos a familiarizarse con la música.
Fomenta la autoexpresión creativa de los niños e introduce la música y el baile en las actividades diarias de tu guardería.
Cómo contener a un niño durante y después de un sismo
Estar preparado para afrontar un sismo incluye cosas que seguramente ya haces en tu guardería para proteger la seguridad de los niños y su integridad física, como tener un extintor, establecer una ruta de evacuación y capacitar al personal en primeros auxilios y RCP. Sin embargo, hay un tema importante para el cual también debes prepararte y es: cómo contener emocionalmente a los niños durante un evento de este tipo.
Algunos niños tienen reacciones después del evento, mientras que otros pueden experimentar problemas semanas o meses después. De acuerdo con Jorge Álvarez, especialista de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre 50 y 60% de la población supera el estrés que causa un fenómeno natural como un sismo, en el transcurso de unas dos o tres horas. Al 40% restante le toma más tiempo hacer frente a la situación, y entre 1 y 14% requiere tratamiento psicológico especializado.
Cómo contener a un niño durante un sismo
Debes estar preparado para saber actuar y mantener la seguridad de todos. Estas son algunas recomendaciones:
1. Afronta la situación con la mayor calma posible. Durante un evento como este, los niños buscarán tu ayuda y la de los otros adultos de la guardería como sus nanas. La reacción de todo el equipo será la pauta para que los niños sepan cómo actuar.
2. Tan pronto como estés seguro de que el peligro ha pasado, hazle saber a los niños que entiendes por qué tienen miedo. Consuélalos con un abrazo o palabras tranquilizadoras. Y asegúrales que sus padres saben dónde están, esto les ayuda a entender que están a salvo contigo y que pronto vendrán a buscarlos.
Ten en cuenta que después de un desastre, los niños temen a que:
• el evento vuelva a suceder,
• alguien resulte herido o muera,
• serán separados de su familia,
• se quedarán solos.
3. Después de un sismo vuelve a la rutina lo antes posible.
4. Pasado el evento, es un buen momento para platicar y expresar preocupaciones, que los niños entiendan que es normal tener miedo. Es importante ayudarlos a separar lo real de lo irreal. Anímalos a dibujar o escribir sobre sus sentimientos. Los niños tienen menos miedo a cosas que entienden.
5. Ten en cuenta que es común que los niños “retrocedan” en ciertas actitudes cuando están estresados, por ejemplo pueden chuparse los dedos, tener dificultad para comer o dormir o mojar la cama. Los padres buscan con frecuencia tu consejo, así que ayúdalos a comprender el comportamiento de sus hijos.
6. Vigila signos continuos de angustia emocional como parecer insensibles, retraídos o tener pesadillas. Si un niño sigue afectado durante más de un par de semanas, sugiere a la familia buscar asesoramiento profesional.
Prepara a todo tu equipo en este tema emocional y juntos contribuyan a que los niños tengan una experiencia menos traumática.
Con información del Instituto Nacional de la Salud Mental, NIMH, por sus siglas en inglés.
¿Los niños felices se convertirán en adultos sanos?
¿Es cierto que criar niños felices los convierte en adultos sanos? La respuesta es sí.
Investigadores de la Universidad de Aix-Marseille en Francia, la Universidad de Chulalongkorn de Tailandia y la Escuela de Economía de París analizaron información sobre más de 10,000 personas nacidas en 1958 y 1970.
Para observar cómo las circunstancias de la infancia influyeron en la felicidad y la vida adulta futura de las personas, el estudio examinó primero la información sobre los antecedentes familiares, el bienestar, la capacidad cognitiva y la conducta durante la infancia y la adolescencia. Luego, se comparó con datos sobre su rendimiento académico, empleo, ingresos, comportamiento, salud y bienestar y estado de pareja, hasta los 50 años para los Baby Boomers y los 42 años para la Generación X.
Los hallazgos revelaron que para ambas generaciones, el bienestar emocional durante la niñez y la adolescencia tuvo el mayor impacto en la satisfacción con la vida futura. El vínculo entre la felicidad infantil y la satisfacción adulta se explica en parte por el hecho de que a los niños felices les suele ir bien en sus carreras y relaciones y experimentan una buena salud física y mental en la edad adulta.
Los niños felices tienen una ventaja inicial en su desarrollo en el aprendizaje y la socialización, con más probabilidades de perseverar en los desafíos y, a la larga, es más probable que termine sus estudios. Por el contrario, el trauma infantil puede limitar la felicidad y el bienestar de un niño, afectando la calidad de su salud física y mental.
Los padres positivos que pueden enseñar a los niños a ser felices son esenciales, al igual que los cuidadores de niños, los maestros y otros miembros de la familia pueden ser modelos a seguir y también pueden guiar o influir en los niños.
Entonces, si bien sabemos que un niño feliz puede convertirse en un adulto feliz, cómo ayudar a que esto suceda.
¿Cómo hacer feliz a un niño en la vida?
- En primer lugar, cumplir con la Jerarquía de Necesidades de Maslow. Todos necesitamos lo básico para prosperar. Cosas como casa, comida, ropa, seguridad, amor y la oportunidad de ser fiel a uno mismo representan una mezcla ideal para cultivar un niño feliz.
- Los niños también se sienten felices cuando tienen la oportunidad de desafiarse a sí mismos. Progresan y se desarrollan, cayendo y volviendo a levantarse, solo para volver a caer.
- ¿Cuántos padres realmente dedican el tiempo a enseñar a los niños cómo relacionarse con los demás? No se necesita mucho. Puedes comenzar animando a los niños a realizar pequeños actos de bondad para generar empatía.
- Enséñales a mirar el lado positivo. Los niños a los que se les enseña cómo pensar e interpretar el mundo de manera optimista, son la mitad de propensos a la depresión cuando pasan por la pubertad.
- La inteligencia emocional es una habilidad, no un rasgo innato. Pensar que los niños "naturalmente" llegarán a comprender sus propias emociones (y mucho menos las de los demás) no los prepara para el éxito. Ayudar a los niños a identificar lo que sienten y hacerles saber que esos sentimientos están bien, aunque el mal comportamiento no lo esté, los prepara para saber manejar positivamente cualquier emoción.
- Enseña autodisciplina, pues es un rasgo que predice el éxito futuro. Sí, es esa famosa prueba de malvavisco. Los niños que resistieron mejor la tentación tuvieron una vida mucho mejor años después y fueron más felices.
- Más tiempo de juego. Jugar no es solo perder el tiempo. Es esencial para ayudar a los niños a crecer y aprender.
Cómo hablar con los niños sobre el bullying
Algunos padres no saben por dónde empezar para proteger a sus hijos del acoso escolar y la violencia. Otros pueden no saber si sus hijos son víctimas, espectadores o incluso acosadores.
El bullying puede tener consecuencias dañinas para los niños. Además de los efectos físicos, los niños pueden experimentar problemas de salud mental y emocional, como depresión y ansiedad.
Ser acosado en la infancia puede tener efectos negativos duraderos. Ya sea que su hijo sea la víctima, el testigo o el culpable del acoso, es importante tener un diálogo abierto sobre los comportamientos dañinos y destructivos para prevenirlos.
Si bien las conversaciones sobre el acoso son necesarias, puede ser un desafío saber qué tan temprano debe presentarse el tema a los niños. Finalmente, el objetivo no es que los niños sientan miedo de ir a la escuela u otros lugares públicos donde puedan encontrarse con un acosador; pero, al mismo tiempo para enseñar a los niños a manejar el acoso, necesitan saber lo que significa.
Si te sientes abrumado acerca de cuándo y cómo hablar con un niño sobre el acoso escolar, esto es lo que necesitas saber sobre los conceptos básicos.
¿Qué es bullying?
De acuerdo con la iniciativa Prevent Bullying del Education Development Center, es una forma de abuso emocional o físico que tiene tres características definitorias.
- Intencional: un acosador tiene la intención de lastimar a alguien.
- Repetido: un acosador a menudo se dirige a la misma víctima constantemente.
- Desequilibrio de poder: un acosador seleccionará a las víctimas en función de quiénes perciba como vulnerables. Esto puede basarse en características sociales o físicas.
¿A qué edad comienza el bullying?
Según los expertos, puede aparecer por primera vez en la primera infancia, con niños de tan solo tres años que se involucran en conductas hirientes. En entornos de la primera infancia, como guarderías, preescolares, grupos de atención domiciliaria, grupos de juego y aulas de jardín de niños, la agresión y el acoso se desarrollan de manera específica según la edad.
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Los niños pequeños (de 2 a 4 años) pueden comenzar a usar comportamientos agresivos o de intimidación temprana para defender sus posesiones, territorio y amistades, mientras que los niños mayores (de 4 a 6 años) comienzan a usar comportamientos maliciosos y relacionados con la intimidación para amenazar o intimidar a otros niños.
El bullying puede ser un problema grave en el kínder o la escuela primaria, pues los niños todavía están aprendiendo a desarrollar sus habilidades sociales, regulación emocional y habilidades para resolver problemas durante este tiempo.
¿Cómo hablar con niños pequeños sobre el bullying?
Comienza explicándoles que la intimidación puede presentarse de muchas formas. Por ejemplo, cuando alguien se burla, insulta o amenaza repetidamente a otro niño para que se sienta avergonzado, es un acosador. Asegúrate de que tu hijo sepa que la intimidación también incluye lastimar físicamente a alguien.
Es recomendable que los padres mantengan la comunicación abierta preguntándoles a los niños qué consideran que es acoso, además de preguntas como: ¿Qué está pasando en la escuela? ¿Cómo son las cosas en el salón, ¿Qué hace en el recreo?
Los padres también pueden ayudar compartiendo estrategias saludables para responder a la intimidación, como alejarse de la situación y hablar con un adulto de confianza sobre lo que sucedió.
Una de las formas más importantes en que los padres pueden prevenir el acoso es animar a sus hijos a defender activamente a alguien que está siendo acosado. Cuando los niños son testigos de la intimidación y de que no se hace nada, reciben el mensaje de que se tolerará el comportamiento dañino y destructivo hacia otra persona.
Frenar el bullying es una responsabilidad que empieza en casa. Como padres, tomen parte activa en la solución de este problema que, tan solo de 2020 a 2021 afectó a 180,000 niños.
El autismo y la inclusión en la guardería
Apoyar a los niños con autismo en la primera infancia, que abarca desde el nacimiento hasta los ocho años de edad, puede empoderarlos para desarrollar habilidades vitales que durarán toda la vida.
El espectro autista o autismo, es un trastorno del desarrollo que afecta las habilidades sociales, el lenguaje y la comunicación, las sensibilidades sensoriales y los comportamientos rígidos o repetitivos. Además, cada niño puede presentarlo de manera diferente y por lo tanto, puede requerir diferentes apoyos.
Si bien el autismo es una afección de por vida, existen estrategias que pueden ayudar a desarrollar las habilidades de regulación de las emociones, la comunicación, las habilidades sociales y la independencia de un niño para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Recuerda que juegas un papel importante en la vida de los niños y sus familias, pues las guarderías son un espacio vital para apoyar a los pequeños en el aprendizaje y nadie debe ser excluido.
Te compartimos algunos consejos que pueden ser útiles para que tu guardería o estancia infantil tenga un ambiente inclusivo.
- Divide las tareas en pasos sencillos
Los niños autistas pueden tener dificultades para planificar, organizar y completar tareas; esto se conoce como habilidades de funciones ejecutivas. Para ayudar a los niños con autismo en la primera infancia a planificar tareas, se recomienda dividir los pasos y no dar demasiada información a la vez. Hacer que el niño repita las instrucciones puede ayudar a saber que ha escuchado y entendido los pasos.
Enseñar las instrucciones con una canción es una buena idea, así el niño puede recordar qué debe hacer. Otra estrategia es usar listas de verificación con imágenes donde puedan verificar fácilmente el paso que están haciendo y marcar cuando lo completen.
- Tener áreas sensoriales bajas
La estimulación sensorial como luces brillantes, ruido constante o multitudes, pueden desencadenar una sensación de estar abrumado. También el “ruido visual” del aula, es decir, demasiados carteles o desorden pueden resultar agobiante.
Cuando un niño con autismo está abrumado, tendrá dificultades para aprender y podrá sentirse inseguro. Para contener esos momentos, será útil preparar un espacio en el salón de clases que pueda convertirse en una zona segura.
En este espacio, que puede ser al final del aula, trata de usar poca iluminación y coloca una manta pesada y audífonos para reducir el ruido. Es importante que los niños vean este espacio como un área de calma y no como castigo o aislamiento. La idea es que ellos mismos, al sentirse incómodos vayan a su espacio seguro.
- Ayúdalos a identificar sus emociones y comportamientos
Las emociones fuertes como estar enojado, frustrado o incluso demasiado emocionado pueden asustar a un niño autista si no comprende lo que le está sucediendo. Una técnica efectiva es observar su apariencia, identificar la emoción que está teniendo y darle una estrategia.
Por ejemplo, “Miguel, veo que estás enojado porque tienes los puños apretados y tu cara está roja. ¿Quieres practicar la respiración larga o tomar un descanso? Cuanto más practiques esto, más probable es que el niño comience a reconocer sus propias emociones y comience a decirte la estrategia que le gustaría usar.
- Usa imágenes
Las imágenes mejoran la comunicación y las habilidades verbales y pueden ser muy efectivas en la primera infancia para apoyar a los niños con autismo.
Por ejemplo, imágenes de entrenamiento para ir al baño se pueden usar para recordar a los niños cada paso, o imágenes de regulación de emociones para recordarles sus estrategias tranquilizadoras. Además, las imágenes en un salón de clases no solo ayudan a las personas con necesidades especiales, sino a todos.
- Tomar un descanso
Algunos niños autistas trabajan mejor cuando pueden hacer una pausa entre tareas y tomar algún tipo de descanso (caminar, estirarse o simplemente dejar de trabajar). Estos descansos pueden durar unos pocos minutos. Algunos necesitarán caminar de un lado a otro del pasillo, otros estarán bien si se les permite deambular por el salón de clases. Mantén flexibilidad.
Contener y apoyar a niños con alguna discapacidad es un trabajo en equipo. Entre otros padres, terapeutas y maestros hay una gran cantidad de conocimientos sobre diferentes estrategias y más opciones de soporte.
Puede ser un desafío interactuar con un niño autista, pero es una de las cosas más importantes que puedes hacer para ayudar a ese niño a aprender.
4 consejos para apoyar a tu hijo en el regreso a clases
4 consejos para apoyar a tu hijo en el regreso a clases
Con la pandemia, la vida familiar de muchos se ha visto alterada. Para muchas familias, esto ha significado pasar mucho tiempo juntos en casa. Muchos niños se han acostumbrado a tener a sus padres o cuidadores a su lado a todas horas del día. Incluso, para algunos bebés, es todo lo que conocen.
Aunque la situación varía mucho según el lugar donde vivas, si tu familia se está preparando para un cambio en las rutinas diarias con la reapertura de guarderías, escuelas y oficinas, aquí hay algunos consejos para ayudar a los niños a adaptarse.
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¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a sentirse seguro en la transición del regreso a las viejas rutinas?
Puede ser un proceso que requiere tiempo y planificación. Para que la separación sea menos difícil, prueba algunos de estos consejos:
- Escucha a tu hijo
Toma sus preocupaciones en serio y háblales sobre tus preocupaciones. Con los niños más pequeños, podrías intentar representar cómo se verá el regreso o pedirles que hagan un dibujo de los pasos involucrados, incluido uno de ustedes que regrese para recogerlos.
- Ayúdalos a prepararse
Pregúntale a tu hijo cómo se siente acerca de volver a la escuela, de esa manera podrás ayudarlo a enfrentar sus miedos de manera concreta. Comparte con su maestro alguna inquietud importante.
- Mantén la calma
Recuerda que los niños captan las señales de comportamiento de los adultos. Para ayudar a tu hijo a mantenerse relajado y sentirse seguro, es importante que te muestres tranquilo.
- Tener un plan de despedida
Para evitar que las despedidas se vuelvan difíciles intenta lo siguiente:
- Haz que las despedidas sean positivas, con alegría y motívalos a vivir un día lleno de aventuras en la escuela
- Recuérdale a tu hijo que volverás
- No dudes al salir
- No regreses hasta la hora prevista
Algunos niños pueden sentirse nerviosos o reacios a regresar a la escuela, especialmente si han estado aprendiendo en casa durante meses. Explícales todas las ventajas que tiene el regreso a clases, como volver a convivir con sus amigos, tener trabajos en equipo, aprender con métodos más divertidos y didácticos.
Restablecimiento de relaciones en persona
Como padres, debemos estar preparados para que nuestros hijos tengan reacciones inusuales.
Por ejemplo, un niño que siempre ha sido sociable. Incluso si se han mantenido en contacto virtual con amigos a través de las redes sociales y otras plataformas digitales, es posible que sientan ansiedad por reanudar el contacto cara a cara. Podrían ser más introvertidos o tímidos.
Sentirse cómodos jugando con amigos puede llevar tiempo, y eso está completamente bien. Aprovecha la flexibilidad que ofrecen la mayoría de las guarderías y colegios, de asistir solo un par de días a la semana, permitirá una transición más amigable.
Cualquiera que sea la situación que surja, debes mantener una buena comunicación con tus hijos. Eso significa hablar, pero también significa dar un buen ejemplo para que lo observen y lo sigan. Y sé honesto. Después de todo, nosotros los adultos también estamos tratando de navegar en este viaje de regreso a la normalidad.
Otra parte de la comunicación es escuchar y observar. Mantente atento a las señales de que tus hijos podrían tener dificultades para adaptarse.
¿Cuál es su desempeño en la escuela? ¿Cómo está su estado de ánimo? ¿Están durmiendo más o menos que antes? ¿Qué pasa con sus hábitos alimenticios?
Si notas diferencias en los niveles de funcionamiento básico, esas pueden ser señales de alerta de que podrían necesitar una intervención.
Fuente: Unicef y OFC Health Car
Evita la ansiedad y separación del regreso a clases
Evita la ansiedad y separación del regreso a clases
Los niños que regresan a las aulas este ciclo escolar enfrentan desafíos inusuales, y uno de ellos es la ansiedad por ser separados de sus familias, después de meses de unión.
De acuerdo con Jennifer Louie, psicóloga clínica del Child Mind Institute, los niños están viviendo mucha ansiedad, desde el constante reforzamiento de que no deben acercarse demasiado a otras personas, que se mantengan con el cubrebocas puesto, que usen desinfectante, que se laven las manos... “Creo que los niños se están preguntando: ¿Estamos seguros al regresar a la escuela? ¿Están otras personas a salvo? ¿Es seguro tocar esto? ¿Es seguro jugar con mis compañeros?"
Rachel Busman, directora del Centro de Trastornos de Ansiedad del Child Mind Institute, informa que muchos padres han observado cierto apego en los niños más pequeños. “Los niños dicen cosas como 'No quiero volver a la escuela' o 'No quiero estar lejos de ti'. Han estado fuera de la rutina de ir a la escuela durante tanto tiempo que es razonable que tengan dificultades. Y pueden tardar un poco más en adaptarse, especialmente con los programas híbridos".
Así que los padres tienen una misión complicada para lidiar con toda esta ansiedad e incertidumbre: asegurarles a los niños que es seguro estar lejos de ellos.
Valida sus sentimientos
Si tu hijo te dice que está preocupado o que tiene esos sentimientos negativos, debes validarlo y dejar que tenga un poco de espacio para expresarlo. Dale seguridad diciéndole que todo está bien y cuán orgullosos están por su regreso a la escuela.
Refuerza su seguridad
Un papá ansioso solo promueve la ansiedad en los niños. Así que actúa con calma incluso cuando no lo estés. Trata de no hacer preguntas capciosas como: ¿Estás nervioso por ir a la escuela mañana?, pues esto se traduce como que realmente hay algo de qué preocuparse.
Ayúdalos a pensar en positivo
Para los niños más pequeños preocupados por la separación, es útil saber qué estarás haciendo mientras ellos no están. Cuéntales parte de tu día.
Otra forma de ayudar a los niños a concentrarse en las cosas positivas es intentar que hablen de las cosas buenas de la escuela. ¿Qué esperan con ansias? ¿Qué disfrutaron el día anterior?
La doctora Louie agrega que los objetos de transición pueden ser útiles para que los niños más pequeños se sientan conectados con el hogar. Un objeto de transición puede ser cualquier cosa que ayude a su hijo a sentirse cerca de casa, por ejemplo, una piedra, un pañuelo, un pequeño juguete.
Días de adaptación
Para que los niños que están ansiosos por estar separados de su casa no sientan un cambio tan grande, los expertos sugieren empezar con pequeñas separaciones días antes. Ir al súper sin ellos, salir a realizar algunas otras actividades mientras ellos se quedan en casa.
Seguimos viviendo momentos de muchos cambios y nuevas normalidades. Apoya a tus hijos, para que este inusual regreso a clases sea igual de emocionante que los anteriores.
3 maneras de desarrollar la atención plena en los niños
3 maneras de desarrollar la atención plena en los niños
El mindfulness o atención plena puede mejorar la calidad de nuestra vida de muchas formas. Pero, ¿qué es esto y cómo puedes enseñar a los niños a beneficiarse de su práctica?
La atención plena se define a menudo como vivir el momento sin juzgar. Esta filosofía puede ayudar a los niños a frenar los pensamientos negativos y concentrarse en lo que tienen enfrente. Además, las investigaciones confirman que la atención plena puede:
- Mitigar los efectos del acoso.
- Mejorar el enfoque en niños con TDAH.
- Reducir los problemas de atención.
- Mejorar la salud y el bienestar mental.
- Mejorar las habilidades sociales.
Fomentar la atención plena en niños en edad preescolar con herramientas como imágenes, objetos, comida, movimientos simples y música puede ayudarlos a desarrollar la capacidad de enfocar mejor su atención y permanecer presentes.
3 actividades y ejercicios de mindfulness para niños
El sitio positivepsychology.com comparte estas sencillas prácticas para fomentar en los niños el mindfulness.
1. Posando consciente
Una forma fácil para que los niños desarrollen su atención plena es a través de posturas corporales. Para motivarlos a hacerlas, diles que las poses divertidas pueden ayudarlos a sentirse fuertes, valientes y felices.
Haz que los niños vayan a un lugar tranquilo y familiar, un lugar donde se sientan seguros. A continuación, invítalos a que prueben una de las siguientes poses:
El Superman: esta pose se practica de pie con los pies un poco más anchos que las caderas, los puños cerrados y los brazos extendidos hacia el cielo, estirando el cuerpo lo más alto posible.
La Mujer Maravilla: esta pose se logra al pararse erguido con las piernas más anchas que el ancho de las caderas y las manos o los puños colocados en las caderas.
Pregúnteles a los niños cómo se sienten después de algunas rondas de probar cualquiera de estas posturas. Puede que te sorprendas.
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2. Sentidos de araña
Este ejercicio puede ser un siguiente paso para enseñar a los niños cómo mantenerse presentes.
Indícales que quieres que desarrollen sus sentidos arácnidos, o los sentidos súper concentrados del olfato, la vista, el oído, el gusto y el tacto que usa Spiderman para controlar el mundo que lo rodea. Esto los animará a hacer una pausa y centrar su atención en el presente, abriendo su conciencia a todo lo que los rodea en ese momento.
Este es un ejercicio clásico de atención plena y fomenta la observación y la curiosidad, grandes habilidades para que las practiquen incluso los adultos.
3. El tarro consciente
Esta actividad puede enseñar a los niños cómo las emociones fuertes pueden afianzarse y cómo encontrar la paz cuando estas emociones se sienten abrumadoras.
Necesitas un frasco transparente lleno de agua, agrega una cucharada de brillantina. Vuelve a poner la tapa en el frasco y agítalo para que se arremoline.
Finalmente, usa el siguiente guion o inspírese en él para formar tu propia mini lección:
“Imagina que el brillo es como tus pensamientos cuando estás estresado, enojado o molesto. ¿Ves cómo gira y hace que sea realmente difícil ver con claridad? Por eso es tan fácil tomar decisiones tontas cuando estás enojado, triste o frustrado. Solo inhala ... exhala… deja que tus pensamientos se calmen, al igual que esta brillantina".
Protege a tus hijos del ciberacoso durante la pandemia
Protege a tus hijos del ciberacoso durante la pandemia
La tecnología ha jugado un papel muy importante para hacer la vida más fácil y mantener a las comunidades más conectadas durante este año de aislamiento social. Sin embargo, a pesar de los numerosos beneficios que Internet ha brindado al mundo, también ha tenido sus propios desafíos. Uno de esos es el acoso cibernético.
Con el actual cierre global de escuelas, los niños pasan su tiempo libre en casa, donde internet les ha dado una plataforma para disfrutar viendo videos, jugando o interactuar con sus amigos a través de las diferentes plataformas de redes sociales. Sin embargo, si no se monitorea, los niños pueden terminar siendo víctimas de acoso cibernético.
Según una encuesta de comportamiento de riesgo para jóvenes sobre acoso cibernético, salud mental y violencia realizada por los investigadores Mohammed Alhajji, Sarah Bass y Ting Dai, el acoso cibernético podría provocar efectos negativos en la salud mental, como depresión y suicidio.
Los siguientes son algunos signos de que tu hijo está siendo acosado:
- Disminución en las calificaciones
- Lesiones inexplicables
- Depresión
- Un cambio en los hábitos alimenticios y los patrones de sueño.
- Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima.
- Aumento de las molestias físicas (dolores de cabeza, malestar estomacal, etc.)
- Los niños y adolescentes experimentan comportamientos autodestructivos como huir de casa, autolesionarse o hablar sobre el suicidio.
Si bien no ha habido informes formales de un aumento en el acoso cibernético, los niños acostumbrados a acosar no han dejado de comportarse así. Simplemente ahora utilizan plataformas digitales para intimidar.
Ayuda a tu hijo a protegerse del acoso cibernético:
- Ten restricciones y permisos adecuados sobre el uso de Internet.
- Evita darles toda la libertad de navegar por cualquier sitio al que puedan acceder.
- Establece contraseñas seguras en los dispositivos de modo que los niños siempre soliciten tu permiso para usar la computadora portátil, la tableta o los teléfonos móviles.
- El control parental también les permite visitar sitios aptos para ellos.
- Toma la iniciativa de aprender cómo funcionan las diferentes plataformas de redes sociales, para poder monitorear y guiar a los niños de manera adecuada. Esto también te ayudará a observar cualquier interacción inapropiada que pueda llevar a que tu hijo sea acosado en línea.
- Mantén abierta la comunicación con tus hijos. Es clave para comprender sus pensamientos e intereses.
- Enséñale a tus hijos medidas de seguridad cuando usen Internet, como no interactuar con extraños en línea. Hazles comprender los peligros de compartir su información personal o imágenes que podrían conducir al acoso cibernético.
Además de usar Internet, anima a los niños a participar en otras actividades que también fortalecerán el vínculo con sus hermanos, padres y cuidadores. Juegos de mesa, quehaceres domésticos y probar diferentes recetas y manualidades los mantendrán ocupados y saludables.