Alivia la ansiedad por separación en niños de primer ingreso

La ansiedad por separación en los niños es una parte normal del desarrollo. Si bien no afecta a todos los niños, puede ser bastante común y, si trabajas en educación infantil temprana, puedes encontrar diversos grados de ansiedad por separación en niños desde bebés hasta la edad preescolar.

“Los trastornos mentales en niños han ido en aumento, tanto en su incidencia como en la prevalencia. Desgraciadamente, esto se aceleró a raíz del confinamiento”, así lo afirma Diana Patricia Guízar Sánchez, profesora e investigadora de la Facultad de Medicina (FM), en entrevista para la Gaceta UNAM.

De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, en el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro “mensualmente entre 600 y 700 niñas, niños y adolescentes acuden a consulta psiquiátrica por primera vez principalmente por depresión y ansiedad”.

La ansiedad por separación es uno de los varios trastornos que se observa en muchos niños y es más común entre las edades de seis meses y tres años. Los bebés pequeños y los niños pueden volverse ansiosos cuando sus padres o cuidadores los pierden de vista; todavía están aprendiendo que estas separaciones son solo temporales.

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De acuerdo con la Unicef, estas son algunas señales que un niño puede presentar de ansiedad por separación?

  • Lloran inconsolablemente cuando se quedan en la guardería.
  • Se niegan a irse a dormir sin que el padre o cuidador esté cerca
  • Empiezan a llorar por la noche después de haberse dormido
  • Regresión infantil.

Existen estrategias prácticas para lidiar con la ansiedad por separación en los niños, sobre todo en aquellos casos de los pequeños de primer ingreso. Sigue esas recomendaciones y ayúdalos a comenzar el día de una mejor manera.

Habla con los padres

Lo primero que debe hacerse si te preocupa la ansiedad por la separación de un niño es hablarlo con los padres. Comunícate con ellos para compartir ideas que los ayudarán a elaborar juntos un plan positivo. Trabajar con los padres de los niños es una excelente manera de garantizar que su método sea coherente y que el niño se sienta apoyado por sus seres queridos.

Practicar las despedidas

Las despedidas son un verdadero desencadenante de la ansiedad por separación, y ensayar las despedidas puede ser una forma inteligente de ayudar a los niños a practicar para la despedida real. Alentar a los padres a que prueben esto en casa antes de llegar puede ayudar a los niños a dominar bien la rutina y minimizar la ansiedad.

Recuerda, es importante que los padres digan siempre adiós. A algunos padres les resulta angustioso ver a su hijo molesto y pueden intentar escabullirse mientras el niño está distraído. Esta no es una solución a largo plazo: una vez que el niño se da cuenta de que sus padres han desaparecido, puede enojarse aún más.

Decir algo como «adiós, más tarde nos vemos» es una muy buena manera para que los padres aseguren a sus hijos que volverán más tarde y, mientras tanto, el niño puede relajarse.

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No lo alargues

Si bien recomendamos que los padres se despidan, tampoco deberían prolongarlo. Un abrazo más a menudo termina en diez abrazos más y puede prolongar el proceso de despedida en lugar de permitir que los niños sigan adelante con su día.

Crear una rutina

La rutina fomenta sentimientos de preparación y seguridad. Anima a las familias a comenzar el día con un proceso familiar. Por tu parte, también puedes ser constante: un gran truco es mostrarle al niño su actividad favorita cada vez que llega, o recibirlos con una gran algarabía que los haga sentir bien recibidos.

Ten paciencia y verás resultados. Si bien puede parecer que se resuelve, no te sorprendas si reaparece en momentos de estrés, enfermedad o cambio.

Si las estrategias no tienen éxito después de un período, puedes intentar sugerir que los padres consideren la posibilidad de contratar a un profesional de la psicología para que los oriente.

Así como los niños pueden ponerse ansiosos, ¡los padres también pueden hacerlo! Es posible que los padres sientan ansiedad al dejar a sus hijos y, como profesional del cuidado infantil, puede estar atento a las señales y ayudar a los padres a sentirse más tranquilos.